Drama en el que a una profesora de piano le quitan a la chica que cuidó porque su madre la viene a buscar en un pequeño pueblo de Suecia. Pese a que Bergman todavía debe pulir algunas cuestiones discursivas (el contraste entre la ciudad y la provincia) y simbólicas (unas metáforas visuales demasiado obvias), ya muestra algunas virtudes. En ese sentido, el rostro como laboratorio de emociones, la delicadeza de los movimientos de cámara, el uso del paisaje y la combinación del erotismo (desnudez afectiva) y el terror (miedo por lo que va pasar) ya están ahí.