Cuento de ciencia ficción en el que el uso de cosméticos ha generado una enfermedad mental en Toronto en un futuro cercano. Con un sentido del humor para muchos desconocido, un estilo visual y sonoro vanguardista, una veta satírica que incluye sus obsesiones habituales y una inclinación narrativa que ya empieza a surgir, Cronenberg da muestras de su futuro talento con, en este caso, algunos ecos de Kubrick y Godard.