Drama criminal en el que un policía humillado inicia una matanza en un pequeño pueblo de una colonia francesa en África en 1938. Tavernier falla al creerse más inteligente de lo que es para manejar una historia policial accesoria, un retrato satírico de los personajes, agregarle un trasfondo político a la adaptación de la novela de Jim Thompson y el recurrente uso de la steadicam. De manera tal que los diálogos, las actuaciones y la historia se vuelven más insoportables de lo habitual.