Drama en el que un entrenador de gallos para peleas promete no hablar hasta ganar un campeonato en Georgia. Hellman agrega una dimensión narrativa a su particular cine de los tiempos muertos. Por empezar es una adaptación de la novela de Charles Willeford. Utiliza la voz en off de su protagonista mudo, que es un antihéroe absoluto, e incluso montajes de paso del tiempo. Pero no hace más acentuar el sustrato minimalista de la historia, la importancia de la captura de momentos y la sensación de extrañeza hacia lo real.