Fábula en la que una mujer abre una chocolatería en un conservador pueblo de Francia en 1959. Adaptación de la novela de Joanne Harris. Nuevamente Hallström se enfrenta a un mediocre material de partida que incluye una mirada condescendiente a los personajes, un discurso demasiado obvio y un contraste demasiado esquemático. Afortunadamente logra sacar provecho de la estilización propia del cuento de hadas, la utilización de los colores y tonos de la fotografía y alguno de sus actores (no todos) hasta revertir la pálida imagen de la primera mitad. A fin de cuentas cuando Juliette Binoche muestra algo de vulnerabilidad, Johnny Depp aparece para simplificar las cosas y Alfred Molina se revuelca en una orgía de chocolate, la película adquiere dulzura y logra derribar estereotipos. De a poco Hallström se ha convertido en un vocero de la compañía Miramax y favorito de las nominaciones de la academia. El peligro es el estanque.