Comedia dramática en la que una chica pierde a su gato y sale a buscarlo por todo el vecindario en Paris. El film hace una excelente maniobra narrativa que hace irresistible a su planteo. Al comenzar con algo tan pequeño y cotidiano (una chica que busca su gato perdido) que de a poco va ganando dimensión (todo el vecindario la conoce y trata de ayudar) de forma paralela va haciendo un retrato de la protagonista (solitaria, insatisfecha con su trabajo de maquilladora, sin amigos) en el que se observa que algo pasa, que algo falta. Así, la secuencia en que se viste para salir de noche, va a un pub, es acosada por un hombre, la camarera que la acompaña a casa y se le insinúa y le pide a su compañero de departamento gay si puede dormir con él está brillantemente resuelta. Quizá la resolución carece del impacto emocional que se pretende, pero una canción de Portished siempre es bienvenida.