Cuento de terror en el que un matrimonio americano con una hija ciega recibe la herencia de un castillo del siglo XII en el que habita un monstruo en Italia. Adaptación libre de The Outsider (1926) de H. P. Lovecraft. El film funciona como un homenaje al cine de terror gótico italiano (Bava, Freda, Margheriti) y como una reformulación de la figura del monstruo desde su necesidad sexual de aceptación. La película podría hacer pensar en un retroceso de Stuart Gordon (que vuelve a filmar baratijas para Charles Band), pero es uno de sus proyectos más personales en el que se revela como un auténtico romántico que va contra todo convencionalismo. Los asesinatos están acompañados de su habitual imaginería sexual y sanguínea. El trabajo de cámara es impresionante. Pero lo más shoqueante es la apariencia del monstruo (rengueante, castrado y desnudo).