Comedia erótica de terror en la que dos policías investigan una serie de asesinatos que podrían ser de una vampira en Miami. La acumulación de escenas de sexo y los personajes femeninos que sólo tienen una idea en la cabeza remiten a la dinámica del porno. El humor es torpe y reiterativo. Las soleadas playas de Miami y la inocencia narrativa recuerdan a los films de Herschell Gordon Lewis, lo que no es un elogio precisamente.