Película de gangsters en la que un mafioso de origen latino trata de reivindicarse luego de salir de prisión en New York de la década de 1970. Brian De Palma logra mantener el atractivo pese a que las situaciones y actuaciones transitan terrenos ya conocidos en el cine y en su obra. Igualmente se las arregla para hacer un sutil retrato de la codicia, el racismo, las amistades por conveniencia y la felicidad. Todo con una historia de amor de fondo sorprendentemente bien llevada. Como su protagonista la película llega sola al camino de la autodestrucción.