Comedia romántica en la que la hija de millonario se enamora del joven administrador que su padre contrató para evitar sus despilfarros en Buenos Aires. La mezcla del estilo visual anárquico de Discépolo con la presencia de Paulina Singerman y la excentricidad de los personajes y las situaciones resulta irresistible. Sólo en el último rollo la película pierde algo de vivacidad.