Comedia de terror en la que una pareja de vacaciones va a un pueblo que tiene la leyenda de las chicas caníbales en Norteamérica. Pese a la naturaleza puramente exploit del film, las escenas de sexo, los desnudos y el gore, el humor es más sutil y subterráneo de lo esperable. Reitman adopta el ritmo parsimonioso del cine de terror de la época y la resolución es abiertamente trágica.