Comedia en la que un exclusivo campo de golf sufre la presencia de una ardilla que marca el terreno en el estado de Florida. Ramis desaprovecha un escenario propicio para la sátira y la crueldad en pos de un humor inofensivo. Los personajes están pobremente delineados y todo se resuelve con un partido entre buenos y malos. Al menos no hay una mirada tan retrógrada hacia la mujer (el papel de la hija del dueño) y cierta sutileza en los chistes de toilette (el chocolate en la pileta) eleva al producto sobre la media.