Comedia dramática en la que un agente de la CIA es despedido y pierde los archivos de sus memorias en Washington. La inmediata respuesta al éxito de crítica y de premios de No Country for Old Man (2007) deja en claro que los Coen nunca se tomaron muy en serio. La premisa es atractiva, pero el film no encuentra el balance entre la caricatura y el patetismo de los personajes, entre la dinámica de lo imprevisible del guión y las intenciones paródicas / satíricas o entre el humor negro y la irrupción de la violencia. Por lo que el resultado termina siendo demasiado artificial. Si bien las pretensiones nunca escapan a las limitaciones del producto y la resolución no deja dudas de que se trata de un producto menor, el tratamiento ligero de temas como la infidelidad, la paranoia, la obsesión por la juventud y las citas por internet deja a los personajes a merced de un guión manierista y efectista. Es que los Coen son incapaces de hacer comedia sin un molde de género que les dé soporte, como en The Big Lebowski (1998) y Oh Brother, Where Are Thou? (2000), y sus movimientos pendulares ya no sorprenden a nadie. El film es otra operación vacua de una pareja de directores que se ha convertido en referente del cine americano contemporáneo.