Thriller sobre el secuestro del primer ministro italiano por las brigadas rojas en Roma en 1978. Basado en un caso real. Hay que destacar el oficio cinematográfico de Bellocchio (con casi 40 años de experiencia) para conducir un relato que escapa a la mera propaganda política. Aunque trata de distanciarse del material a través del retrato de una mujer del grupo insegura (que en cierta forma admira al secuestrado), de escenas de sueños sobre el fracaso de la experiencia comunista y de la utilización de la música (que va de clásica a Pink Floyd y a Mercedes Sosa), no resiste algunos maniqueísmos en la forma de fotografiar a los personajes, los terroristas siempre en las sombras y el primer ministro en las luces.