Drama en el que un joven abandonado por un camión del ejército vuelve a su casa durante el verano en Hessen. El debutante Ulrich Köhler explora situaciones ópticas y sonoras puras que se traducen en una constante sensación de incomodidad y la postergación de la decisión y la acción. Los cineastas alemanes no hacen grandes films de terror porque todas sus películas son de terror. Pertenecen a la escuela del miedo. En el film la policía militar siempre está al acecho. Hay que destacar la excelente utilización del punto de vista (la primera imagen se comparte con el protagonista) y la elipsis (que evita todo sentimentalismo) que dan una idea de fuga mental.