Drama en el que una chica golpeada por su padre boxeador es rescatada por un inmigrante chino en Londres. La aparición de Lillian Gish en el film es uno de los momentos más emotivos de la historia del cine mudo. Su rostro, sus posturas y sus gestos capturan toda la belleza y la vulnerabilidad de una chica abusada por su padre. Griffith asume un estilo más transparente que en sus anteriores largometrajes. Los montajes alternados casi no son necesarios. Igualmente el flashback se incluye con total facilidad. La historia rehúye categóricamente al happy end.