Historia de amor de una hippie adolescente de espíritu libre y un agente inmobiliario divorciado que se conocen por casualidad en Los Angeles. Si bien Clint Eastwood hace un esfuerzo por evitar el estereotipo, darle consistencia a los diálogos y llegar a una resolución plausible, el sentido de la película se resume en la escena en que William Holden, desde la ventana de su oficina, mira a la chica parada en la calle.