Cuarta parte de Twilight (2008) en la que Bella se casa con el vampiro y queda embarazada en el pueblo de Oregon. A esta altura de la serie los actores se ven cansados y los diálogos resultan imposibles. Ni boda, bebé o sexo puede rescatarla. Si la incorporación de Condon resulta curiosa, el director con pasado en el género sobrenatural ya en Dreamgirls (2006) no tenía nada decir. Algunos apuntes sugerentes como el gesto de Kristin Stewart de deseo, decepción y miedo ante la cama cargan con un lastre demasiado pesado. Entre declaraciones de amor pomposas y luchas internas de clanes la simpática Twilight queda como una telenovela de cuarta.