Drama en el que una joven parisina aburrida recuerda el último verano en el que fue feliz en Saint-Tropez. Adaptación de la novela de Françoise Sagan. Los primeros minutos de la película ya impresionan por la fotografía en blanco y negro que cambia drásticamente a un esplendoroso Technicolor y la mirada existencialista hacia la vida de fiestas y de lujo. Pero después no decae. Las líneas venenosas de los diálogos siempre dicen más de lo que aparentan y la concisión narrativa del relato recuerda a las comedias románticas de Eric Rohmer.