Comedia negra en el que un ladrón negro entra a robar la casa de un matrimonio en crisis en Beverly Hills, Los Angeles. Una vez planteada la delirante premisa, Cohen empieza a jugar libremente con las expectativas del espectador a partir de unos personajes y unas situaciones extravagantes. Si bien los zooms y los travellings lucen precarios, le dan al film cierta inmediatez que conecta con la mezcla de comedia, sátira, thriller y erótica que busca la película.