Cuento de ciencia ficción en la que una familia se muda a una base militar en Alabama y empieza a sospechar una invasión extraterrestre está reemplazando los cuerpos de los humanos. Tercera versión de la novela de Jack Finney. Siempre resulta estimulante que los grandes directores se adentren en el género de terror respetando las coordenadas y aportando su visión personal. La lectura que hace Ferrara de la amenaza interna (la familia) y externa (los militares) y el lavado de cerebros progresivo de la sociedad estadounidense es tan sugerente como su puesta en escena. Con sus delicados travellings y su fotografía cuidada hasta el último detalle, hace un film alejado a todo efectismo barato y cualquier tendencia mayoritaria del género. Incluso toda la secuencia final, en la que debe incluir forzosamente a la acción (escape de la base, explosiones y helicópteros), está rodada con un timing y un ritmo tan particular como delicado. A fin de cuentas, eso es lo que lo hace más perturbador, que un director no tema y no quiera hacer temer al horror.