Drama en el que un prisionero a perpetua le dejan criar canarios en su celda y es enviado a Alcatraz. Basado en un caso real. Entre el retrato liberal del sistema penitenciario, un personaje protagonista lastrado por las bondades del crowd pleaser, una puesta en escena demasiado funcional y un costado humano a merced de las vicisitudes del biopic, la película va perdiendo consistencia a medida que pasan los (muchos) minutos.