Tercera parte de Beverly Hills Cop (1984) en la que el policía de Detroit queda perdido en un parque de diversiones de California que sirve como base de una operación de falsificación de dinero y violentas secuencias de acción. Lástima los chistes fáciles se acaban rápido, la violencia baja decibeles después del prólogo y la trama recurre a tantos clichés que en el fondo, la denuncia contra los intereses ocultos de la industria del entretenimiento, la inepta policía e incluso el FBI también se pierde.