Drama criminal en el que un adolescente mata a una chica en Viena. Nuevamente Haneke parte de los rituales de la vida burguesa, de una crónica policial negra y de una shoqueante exposición de la violencia, pero esta vez el punto de vista (y su manipulación) es mucho más honesto. Más allá de la adecuación de los valores a la conveniencia individual, de la destrucción de la institución familiar y del dilema ético de tener que entregar al propio hijo, lo que le importa es transmitir las sensaciones de un chico que descubre la sangre del cuerpo desnudo, queda en silencio por dos días, deja que los padres resuelvan la situación y sólo asume la culpa al final.