Melodrama en el que una mujer llega a San Francisco en la década de 1850 y toma un trabajo en un casino. Hawks acepta una producción de Samuel Goldwyn que había comenzado a dirigir William Wyler y pese a que el material parece ajeno a su universo logra imprimirle su sello. Es que entre el triángulo amoroso moroso, la búsqueda del oro y la trama de la corrupción, el periódico y los vigilantes, el guión trata de ser muchas cosas y la historia principal más que reforzarse va diluyéndose. Pero allí está Walter Brennan haciendo del viejo borracho del pueblo Old Atrocity para distanciar el material lo más posible de interpretaciones serias, los oportunos toques de humor en los diálogos de la pareja Ben Hecht y Charles MacArthur y la resolución de una simpleza y elegancia propia de un caballero.