Drama en el que una doctora de Berlín del Este es enviada a un pequeño pueblo de Alemania Oriental en el año 1980 y es vigilada por la policía secreta. Petzold continúa sus indagaciones sobre lo femenino, el amor y el dinero. Su objetivo de filmar lo invisible cada vez está más cerca de hacerse realidad. La sutileza con que trata el tema del espionaje y las privaciones de la Alemania Oriental durante la cortina de hierro resulta ejemplar. En ningún momento accedemos a la información completa de cuáles son las actividades secretas que realiza la protagonista ni los motivos por los que tuvo que abandonar Berlín. Tampoco sabemos del todo bien cuáles son las intenciones de su nuevo compañero de trabajo que la trata con todo tipo de recatadas atenciones: los viajes a la salida del trabajo, las charlas sobre pintura, el envío de un afinador de pianos a su departamento. Una escena memorable es la que los dos protagonistas comparten un viaje en bicicleta y él empieza a describirle la belleza de un paraje que da a la playa cercano al camino que están recorriendo hasta finalmente invitarla. Tampoco sabemos del todo bien las intenciones de su novio de la Alemania Occidental con que se cita a escondidas en medio del bosque o en hoteles perdidos en la carretera. Es en todo este mar de ambigüedades, en esta serie de verdades a medias o mentiras encubiertas que el mérito de Petzold es doble al lograr sacar un resto de emoción en sus personajes, por más que no sea producto de la resignación. La resolución debe ser una de las más bellas del cine de la década, un suspiro es capaz de decir todo y la inclusión de una canción de Chic redondean lo más cerca que estuvo de un final feliz en toda su obra. Si bien no deja de ser ambigua, ya que la protagonista debe renunciar a la fuga de la cortina de hierro y a las pretensiones de ascenso profesional, no deja de ser la opción más racional y sensata. Al menos por la información que la película nos da. La creencia de los personajes de la Alemania actual de Jerichow (2008) de que no se puede amar sin dinero tal vez no era la misma apenas 30 años antes en el mismo lugar.