Comedia dramática en la que una maestra de primaria trata de ganarse un bonus en la escuela donde trabaja en Illinois para hacerse una operación de senos. Luego de la mala experiencia en la factoría Apatow, Walk Hard (2007), Jake Kasdan regresa a un territorio más modesto, como el de Orange County (2002). Si en principio no inspiraba confianza una Cameron Diaz en horas bajas, el título que prejuzga al personaje y un guión con moralina a la vuelta de la esquina, la película sorprendentemente logra inclinar la balanza a su favor. Porque se roba una sonrisa cómplice sólo con una puesta en escena de lo más funcional, elección de canciones rutinaria y resolución que va por los caminos trillados. No hay sorpresas porque los personajes secundarios están bastante bien, Justin Timberlake es mejor actor que cantante, alguna línea de diálogo se escapa: “Quiero sentarme en su cara” y un par de momentos la narración se suspende para incluir apuntes políticamente incorrectos. Kasdan todavía busca un trampolín (éxito de taquilla) de algo que ya encontró.