Cuento de terror en el que un hombre asegura que una niña de New York es la reencarnación de su hija muerta hace once años en Inglaterra. A partir del tema de la reencarnación, la película trata de inscribirse en la línea dramática y realista del terror de The Exorcist (1973), aunque en versión más light. La primera escena del film (la muerte en el accidente) es excelente. Después, los ataques que sufre la niña en su habitación hacen un original uso del color rosa. Pero en el “juicio sobrenatural” que oficia de clímax el film no puede evitar caer en el ridículo. Es una lástima, porque aun con su tono excesivamente melodramático, se las arregla para plantear atractivas preguntas sobre los límites de la realidad.