Aventura en la que un guerrero es convencido para pelear en el combate por una aldea en la antigua Grecia. Corman incursiona en el peplum con una austeridad digna de Bresson o Straub, con el plus del rodaje en locaciones reales, con unos diálogos que tratan de darle algo de profundidad a la cuestión y con unas actuaciones sorprendentemente entonadas. Pero da la impresión que hizo el film sólo para sacarse el gusto de incursionar en otro subgénero.