Cuento de terror en el que en una mujer trata de recuperar a su hija secuestrada por un culto diabólico un pueblo ficticio de la Argentina. Luego de la buena experiencia de Necrofobia (2014), Daniel de la Vega continúa en el género de terror, ahora con guión de los hermanos Bogliano. Pero esta vez no puede sortear las trampas de un relato de ritual satánico interrumpido. El principal inconveniente es la falta de sentido de la irreverencia (especialmente en las actuaciones y en los diálogos) que sostenga semejante planteo argumental (la madre muere en un accidente temprano en la película y revive por un par de días para rescatar a su hija). La acción constante deviene rutinaria porque es incapaz de construir atmósfera espesa alguna. Y el uso redundante de la música ya es un problema crónico de su cine.