Comedia romántica en la que una mujer se hace pasar por la esposa de un abogado mujeriego para conseguir novio en Buenos Aires. El parecido real de Ángel Magaña y Esteban Serrador sin duda que ayudó a establecer la dinámica de la comedia y la efectividad de los gags, por lo que Amelita Vargas por momentos queda en un papel decorativo. Pero el “toque” Schlieper ya estaba plenamente asentado para principios de la década de 1950. El enredo se construye sobre el más absoluto vacío y es sostenido en todo momento. El decoro de los diálogos a veces cubre las apariencias (“- Lo recordaré cuando me pegue.”).