Documental en el que Kim Ki-duk explica su momentáneo retiro del cine recluido en una casa en las montañas en Corea del Sur. El film es válido como ejercicio de autoconfesión de un artista que trata de salir de una etapa de bloqueo. Sabedor que tal vez el planteo no se sostenía para un largometraje, Kim Ki-duk presenta a la película como un autorretrato, un drama y una fantasía. Tiene tiempo para explicar el concepto que rige sus films (las emociones humanas como circuitos), el accidente en el rodaje de Dream (2008) que motivó su temporal retiro y la paradoja de los premios en los festivales de cine más prestigiosos que generan un reconocimiento oficial en Corea cuando las películas en sí dan una visión para nada favorable del país. Hay un poco de actuación que es bienvenida en su personaje, pero a medida que el film pasa hacia la ficción, la propuesta se vuelve menos rigurosa.