Drama en el que un padre viudo quiere que su hija de 24 años se case en Tokyo. Más presente que en cualquiera de los films de Ozu (tal vez porque es el último), aparece la idea de aceptación del destino. La película ni siquiera necesita juzgar ciertas situaciones como la rutina de juntarse a tomar alcohol, buscarse una amante más joven, burlarse de un amigo/compañero. El cine de Ozu logra captar toda la simpleza y significación de las acciones banales en el contexto de los grandes momentos o decisiones.