Cuento de terror y ciencia de ficción en el que un grupo de hombres captura a un extraterrestre en el sur de los Estados Unidos. Luego del masivo e inesperado éxito The Blair Witch Project (1999), le llevó siete años a uno de sus realizadores poder llevar a cabo un nuevo film para confirmar que no había hacerse muchas ilusiones sobre sus obras por separado. La película se inscribe de lleno en la tradición del cine de clase de B, con inclinación gótica y planteo minimalista. Pero la falta de estilo y de imaginación es su principal problema. La ambientación en un garaje aporta poco a la historia. La planificación de Sánchez es previsible y funcional. Tampoco ayuda un guión en el que todos los personajes saben más que el espectador y tienen que explicar poco a poco la información faltante. El único personaje que desconoce lo que pasa (la novia del protagonista) queda constantemente marginado. Las actuaciones crispadas y la falta general de humor al planteo inicial hacen que todo resulte demasiado serio. Sólo se destacan la utilización de efectos de maquillajes reales para el monstruo alienígena y una secuencia de suspense cuando el alien desaparece. Es una lástima que la serie B actual, de factura industrial y presupuesto holgado (8 millones de dólares), no pueda salir de cierto esquematismo en la puesta en escena y el montaje.