Drama en el que un joven se escapa de su casa luego de la muerte de su padre, va a vivir a París a la casa de su hermano y se enamora de su compañera de departamento. Película desbordante de conflictos (dividida en dos partes), emociones (dolor, culpa, compasión), temáticas (amor, locura, familia) y texturas visuales (cortesía de la esplendorosa fotografía de Caroline Champetier) que Téchiné controla con su habitual sobriedad, esta vez no frialdad. En el film se observa el impulso romántico del guión de Olivier Assayas en la llegada del protagonista a Paris y su obsesión por Alice, y el carácter melodramático de Téchiné en la insistencia de hurgar en el pasado y los secretos familiares. Pero esta vez el conflicto de intereses entre director y guionista no es tan evidente como en Le lieu du crime (1986) porque las dos historias se complementan. Téchiné acierta al saber que la historia de amor no daba para más de una hora, en el uso de la elipsis y las asociaciones visuales que se producen, en el momento en que incluye el flashback (cuando el conflicto no daba para más), en las inclusiones del prólogo de la infancia del protagonista para establecer su carácter autodestructivo y en la escena de tango cuando la historia de amor toca fondo. Más allá de que siempre dependa de la calidad del guión y la historia, Téchiné viene desarrollando una filmografía cada vez más sólida.