Cuento de terror en el que cinco jóvenes se someten a un experimento con el sueño, van a pasar unos días a una casa y son acosados por una banda de punks en Argentina. El film acusa el síndrome de tratar de cubrir un hueco y pintar algo original antes de terminarlo. En vez de hacer un slasher simple y duro (algo que no se había hecho todavía en el cine Argentino) con unos personajes, un escenario y unos recursos visuales dispuestos a ello, el film agrega una trama de experimentos con el sueño y realidades paralelas que no sólo no agregan nada, sino que interrumpen la dinámica y la atmósfera construida. Es cierto que el planteo autorreferencial en cierta forma anticipa a The Cabin in the Woods (2012), pero ya da demasiada información al comienzo y, una vez explicitado el giro, se queda sin variantes. La película es visualmente atractiva. La fotografía en 16mm le da un crudeza acorde con el género de terror. Pero los arrestos de videoclip, en especial durante la inclusión de la canción No existes de Soda Stereo, se hacen dueños de la función de la mitad para adelante.