Drama en el que una joven prostituta madre de un niño pequeño es desalojada del departamento donde trabaja en Buenos Aires. Berneri se aplica como rigurosa directora realista, al borde de cierto despojo de algunas propuestas del cine iraní. Si en un principio la sordidez del ambiente remite a Un año sin amor (2005) y la incomodidad de la situación irresoluble que se prolonga tiene la dinámica de Por tu culpa (2010), de a poco va soltando las riendas. La relación que Berneri establecía con Silvia Pérez en Encarnación (2007) aquí se repite con Sofía Gala. Su actuación (siempre al borde de la representación y la revelación) se convierte en el centro del film. El desnudo se lo saca rápido de encima y no tiene nada de glamuroso. Las calles del centro de Buenos Aires son tan reales como indiferentes a su drama. La escena de sexo con un cliente en un hotel alojamiento puede parecer un poco excesiva, pero expresa la violencia latente de todo el relato. El film no hace una apología de la prostitución, sino a la libertad de elección de la protagonista. Es una lástima que finalmente no pueda evitar caer presa de su propio discurso: la limpieza del inodoro en un ocasional trabajo como empleada doméstica es una escena gratuita que sólo está en función de una justificación que ni el film ni la protagonista necesitaba.