Drama en el que una camarera de un casino y un hombre que se ofrece a llevarla a una entrevista de trabajo tienen un accidente en el desierto que los deja varados en Chubut. Si bien el título no engaña a nadie, el comienzo de la película, con las escenas en la ciudad y el casino, la incertidumbre laboral (y hasta podríamos decir existencial) de la protagonista, prometía otra cosa. El problema es que el film trata de generar una ambigüedad en cuanto a las reales intenciones del hombre que se ofrece a ayudarla que no hace más que entorpecer la aventura del paisaje, el drama de la supervivencia y la relación de la pareja protagonista. Lo que queda es una especie de historia de amour fou forzada. La trama paralela de los policías que los buscan trata de dar una dinámica de thriller con pinceladas de humor, pero queda a mitad de camino. Lo pintoresco en el dibujo de los personajes secundarios se diluye en la falta de real nervio en el núcleo del film y los bellos planos del desierto de la fotografía de Julián Apezteguia terminan siendo apenas decorativos.