Historia de amor de dos hermanos que se reencuentran en una casa frente al mar en invierno. El cine de Duras desnaturaliza ciertas ideas sobre la doble temporalidad del relato, el predominio de la imagen sobre el sonido y sobre desde dónde se narra la historia hasta llegar a la idea del film como una conversación desde un lugar totalmente subjetivo. El problema es que la voz en off transforma a la imagen en subsidiaria. De allí que sus mejores films, Détruire dit-elle (1969), Nathalie Granger (1972) y Baxter, Vera Baxter (1977), son aquellos en los que la palabra proviene de la diégesis.