Comedia dramática en la que Charlie Kaufman trata de adaptar para el cine el libro The Orchid Thief (1998) de Susan Orlean en New York. El segundo film del tándem Spike Jonze / Charlie Kaufman es otra locura inclasificable, pero en cierto sentido, más ambiciosa que Being John Malkovich (1999) porque intenta reflejar el proceso creativo de la escritura de un guión, al mismo tiempo que retrata a un personaje tan descontento como desconectado. La película trata de ser una tragicomedia que intenta hacer reír y emocionar. Jonze se revela como un excelente director de actores, especialmente actrices, y como un gran observador de gestos en las conversaciones cara a cara. Kaufman se destaca en los diálogos del protagonista con su hermano gemelo (su particular método de comunicación) y en los golpes imprevisibles de guión (choques violentísimos). Nuevamente la sensación que queda es que los realizadores quieren abarcar más temas (el cuidado de las apariencias, la necesidad de cambio y las relaciones familiares y de pareja) de los que pueden profundizar. Al no tener en este caso una coartada fantástica, el final debe recurrir a muertes y una historia de amor, aunque Jonze no los resuelva de forma convencional. En el apartado interpretativo Nicolas Cage, en doble función, sólo resulta pasable, Meryl Streep sobre el final se revela un poco diferente a lo habitual y Chris Cooper tiene el genial papel del ladrón de orquídeas en que se basa el libro. Destacar el excelente uso de los espacios cerrados y las luces esquivas como el ambiente apropiado para la falta de conexión del protagonista.