Drama en el que una mujer inestable tiene problemas de convivencia con su esposo y sus hijos en Los Angeles. El cine de Cassavetes, con sus planos desenfocados, su cámara al hombro, su abrupto montaje y sus escenas dilatadas, no es sólo para el lucimiento de los actores, sino que permite una libertad casi absoluta para insertarse en la realidad. La película juega a fondo con los contrastes de los personajes, de las situaciones y de la música para demostrar que no existe la “normalidad”. Sólo los momentos y las personas para compartir esos momentos.