Cuento de terror en el que un grupo de adolescentes son acosados en sus sueños por un asesino serial muerto en un pueblo de California. Más allá del ajustado guión de Craven, del ingenioso juego entre realidad y sueño y de las impactantes secuencias de los asesinatos, el film se sostiene en una idea subterránea: el verdadero horror de la protagonista es la vida familiar que lleva con sus padres (resulta ejemplar la presentación de ellos cuando se encuentran en la comisaría). Es una lástima que la película no explore con mayor profundidad las escenas de los sueños, que termine explicando de más su dinámica (por momentos todo parece demasiado calculado) porque Craven habla con honestidad sobre la juventud y los miedos de una generación.