Melodrama en el que una profesora casada se enamora de un estudiante universitario que trabaja como stripper en Florida. Avildsen se acerca a las potencias de lo falso, en las proximidades de los melodramas de Douglas Sirk de la década de 1950. Y de paso evita el manierismo de la puesta en escena. El film deja ver dos de los méritos de su cine: el trabajo con los actores (Lesley Ann Warren hace creíble la fascinación de la protagonista) y la precisión de un montaje que escapa al lugar común y a la convención.