Comedia dramática en la que una publicista soltera es diagnosticada con cáncer de colon en New Orleans. Las preguntas que surgen inmediatamente se responden solas: ¿La directora de The Woodsman (2004) esperó siete años para hacer esto? ¿No había una mejor opción que Kate Hudson para el rol protagónico? No es que la película sea malintencionada, manipuladora o mala fe. Sencillamente está mal ejecutada. Los chistes, el tono, el guión de Gres Wells rebotan en todas las escenas. Nicole Kassell trata de imprimir cierto aire de cuentos de hadas en algunas escenas (la aparición del enano, la presencia de dios, los tres deseo, reunión final en la fiesta), pero no es muy favorecido por la gratuita (y pacata) representación de la vida sexual de la protagonista, el corte de pelo abismal de G.G. Bernal en personaje de doce años de edad mental. La película se vuelve involuntariamente graciosa por momentos y chorrea falsedad por todas partes. Kassell quiere entrar en el portón de Hollywood, elige la puerta equivocada y tal vez no tenga otra chance en el indie.