Cuento de terror y ciencia ficción en la que dos periodistas se pierden en un pueblo en el que un científico hace experimentos con la población en Europa del Este. Gilling aprovecha el planteo inicial (la llegada a un lugar extraño), las locaciones (que dan un tono realista a la acción) la ligereza del tono (que habilita pequeñas pinceladas de humor) y la sugerencia (esos niños con rasgos fascistas) para redondear uno de los films más bellos y menos conocidos del cine de terror y ciencia ficción de la década de 1950.