Cuento de ciencia ficción en el que un vagabundo encuentra un par de anteojos negros que le permiten ver una invasión extraterrestre que se está llevando a cabo en Los Angeles. Más allá del contenido satírico, de cierto esquematismo del guión y de la abundancia de tiroteos que dejan al discurso en un ambiguo territorio político, el film es una de las películas de John Carpenter más fluidas y puras visualmente. La influencia del western (la llegada del héroe solitario) y del neorrealismo (el descubrimiento de lo intolerable) adquieren improbables resonancias marxistas y fantásticas, respectivamente.