Tercera parte Gritos en la noche (1962) en la que la hija del doctor Orloff busca vengar la muerte de su padre controlando a una bailarina en una ciudad de Europa. Se nota que Franco pone mucho más pasión y empeño (al menos en la década de 1960) en los films de terror que en el resto. Los travellings subjetivos, las extrañas atmósfera y angulaciones y la carga sexual de todos los asesinatos así lo demuestran. El problema sigue estando en el nivel narrativo. Los personajes siempre tratan de dilucidar las cosas que el espectador ya sabe con antelación.