Comedia de ciencia ficción en el que un agente de Interpol debe detener una banda de criminales controlados por hipnosis en España. Si bien el film trata de imitar a Alphaville (1965) con la fotografía en blanco y negro, la estética de comic y el mismo protagonista (Eddie Constantine), queda bien claro (para bien y para mal) quién es Jesús Franco y quién es Godard. La película no encuentra el balance entre una trama imposible y unos actores que no encuentran el tono adecuado para el artificio. Exactamente lo contrario de lo que pasaba en Residencia para espías (1966).