Cuento de terror en el que un periodista investiga los asesinatos que han ocurrido en un pueblo de Alemania. Franco anticipa el giallo italiano a partir de la pulsión sexual como motor de la historia y los juegos de identidad del asesino, pese a mantener la fotografía en blanco y negro y cierto aire decimonónico en la ambientación. La revelación de la identidad del asesino viene acompañada de una escena de desnudos y tortura muy poco habitual para la época.