Cuento de terror en el que un médico secuestra mujeres para realizar experimentos y salvar a su hija en Londres en la década de 1910. Franco toma elementos de aquí y de allá: desde los films de terror de la Universal de la década de 1930 y de la Hammer inglesa hasta Les yeux sans visage (1960), pero los filma con la pasión de la primera vez (de hecho lo era para el cine español). Si bien por momentos hay demasiados diálogos y a mitad del metraje ya queda explicado todo, hay que destacar la modernidad de la fotografía, el uso de la ambientación y de la música y la planificación de los asesinatos.